El cauteloso avance de las fuerzas de seguridad de la República Árabe Siria contra los insurrectos terroristas plurinacionales, está logrando no solo restablecer el orden y la potestad jurisdiccional en toda la nación panarabista; sino que además ha logrado profundizar las divisiones entre los grupos de sicarios a sueldo pagados por EEUU, Israel, Francia, Arabia Saudí y demás mierdas.
Luego de conocerse la toma del distrito de Safira en el norte de Siria por los leales a Bashar al Assad, ubicado dentro de la jurisdicción de la denominada capital financiera, Alepo. Se conoció la renuncia de un alto dirigente “rebelde”, Abdul Jabbar Okaidi, respaldado por EEUU.
El jerarca terrorista Abdul Jabbar Okaidi, uno de los principales beneficiarios de la desproporcionada ayuda que EEUU da a la "oposición siria", condenó las disputas entre los insurrectos a las que culpó de la captura de la ciudad estratégica de Safira; según información vertida por Russia Today.
Como sucedió desde el comienzo del conflicto sirio hace más de dos años y medio. El avance estatal sobre los terroristas solo puede darse de manera cautelosa y bien preparada, debido a que estos utilizan como escudo a la población civil de los lugares que toman. Debido a esto fue la difícil tarea de liberación que el ejército sirio llevó a cabo el año pasado en Alepo.
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